Pienso que cada día vamos siendo más conscientes acerca del concepto de madre y de todo lo que implica. En mi caso tuve varios ejemplos, pero siempre pensé que podrían haber muchos más y que cada uno tenía algo maravilloso que aportar a mi vida. Desde muy pequeña me cuestionaba la falta de afecto dentro de mi familia, pero no fue hasta la edad adulta que comprendí que tanto en mi familia materna como paterna esto no existía. Y que era algo que mi alma pedía a gritos poder expresar porque yo sentía que tenía muchísimo cariño para dar, pero todas esas muestras de afecto que daba eran recibidas con rechazo por los adultos que me rodeaban, aunque era algo que veía en películas y en la televisión esto no estaba en mi contexto inmediato. Y poco a poco se fueron desvaneciendo en mí los deseos de expresarlas.
Fue hasta hace pocos años que en mi vida se fueron cruzando mujeres increíbles que me abrieron las puertas a su vida y a su corazón y que despertaron en mi todo ese cariño que yo había guardado en un cajón. Mujeres como Silvita quien me enseñó que el cariño y afecto, fruto de una bella amistad, pueden traspasar nacionalidades y que me hicieron ver que fuera del vínculo de sangre que tenemos con nuestra madre biológica también hay vínculos de amor que van más allá de la sangre. Mari, quien, a través de su dedicación y visión, me enseñó a ver que aun con el rol de madre siempre puedes seguir tus sueños y llevarlos a cabo, a pesar de la adversidad. Para mí ella es una fuente de inspiración ya que me abrió las puertas de su hogar y su corazón. O Ema y Elma quienes fueron una escucha activa durante momentos difíciles de mi vida y que a través de sus consejos me hicieron ver que lo mejor que puedes dedicar a tus seres queridos en un momento difícil es un oído para sobrellevar las dificultades. Y es ahora cuando entiendo que puedo brindar mi cariño y afecto a los que me rodean de diversas maneras ya sea escuchando, brindado consejos y afecto a los que me rodean o cocinando algo delicioso y todas y cada una de esas prácticas son válidas para demostrar cariño.
Por otro lado, creo que una cosa que me marcó y me enseñó a ver más allá del rol de ama de casa fue tener a una madre profesionista y empresaria, lo cual forjo en mí el anhelo de tener un negocio propio y siempre tener ese espíritu emprendedor por lo que para mí ser madre no estaba en la lista de prioridades mientras crecía. También está el hecho de tener en mi vida a mujeres que, a pesar de la época que les tocó vivir, optaron por no ser madres como es el caso de Martha, Pau o Marisol. Quienes son mi ejemplo de lo que una mujer puede hacer y lograr por sí misma al colocarse al centro de su proyecto de vida. Me siento muy afortunada de la época en la que me tocó vivir ya que tengo la posibilidad de seguir creciendo profesionalmente y que sea parte de mi elección personal si no deseo ser madre, aunque aún haya quienes me cuestionen.
Dime, ¿Con que concepto de madre creciste? ¿Te cuestionaste el rol que tuviste cerca? ¿Qué otras opciones de proyectos de vida puedes mencionar para una mujer que no es madre?
Natalie Bracamontes Cetina
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