El museo de la vagina, la primera vez que escuche nombrarlo me pareció una maravilla. Y es que ¡Cómo a nadie se le había ocurrido antes! Si es que hasta hay uno dedicado al pene en Islandia cómo no iba haber uno dedicado a la vagina. Este espacio se encuentra en Londres y a pesar de la pandemia ha podido sobrevivir gracias al apoyo de quienes creen que es un espacio necesario y al que vale la pena ayudar a crecer.

Los museos a nivel social tienen la misión de conservar, recolectar y difundir aquello, que para ese grupo en particular, resulta relevante. Así es que podemos encontrar museos que desde la oficialidad nos dan la narrativa de quiénes somos, de dónde venimos y quizá a dónde podríamos dirigirnos como sociedad. Por otro lado hay quienes por iniciativa propia y gestionando recursos personales se lanzan a la tarea de abrir espacios para temas que consideran lo suficientemente importantes, este es el caso del museo de la vagina. En la Ciudad de México puedes pasar visitando un museo diferente cada fin de semana por un año y no terminarías con los que existen en ese punto del país. Claro que no todos los estados pueden decir lo mismo.

Y ustedes se preguntarán qué se puede encontrar al interior de este espacio. Pues hay por supuesto exposiciones, actividades culturales, club del libro, recursos educativos, una tienda con accesorios increíbles de vulvas, clítoris y mensajes feministas, talleres y conferencias para incrementar la comprensión sobre la anatomía ginecológica, feminismos, la menstruación y tienen un podcast que se llama The vagina museum. Uno de sus principales objetivos es que al salir de sus puertas puedas tener clara la diferencia entre vagina y vulva. Porque sí hay una diferencia y es muy importante partir de ese punto así como romper con los mitos alrededor de la menstruación, las vaginas y la anatomía ginecológica.

A veces es fácil desanimarnos cuando vemos a nuestro alrededor y nos damos cuenta todo lo que falta por hacer en cuando al derecho de las mujeres y niñas de tener una vida digna y estar empoderadas sobre sus cuerpos y sus vidas. En esos momentos saber que existen proyectos como este es revitalizante y esperanzador. Quizá algún día podamos tener en cada ciudad de todos los países un museo de la vagina para poder tener un espacio que dignifique los cuerpos que por tanto tiempo se ha enseñado a ocultar, temer u odiar y que ayude a romper con tantos tabúes y de igual manera sea una herramienta para el desarrollo social que tanta falta nos hace.

Dime, ¿Te gustaría visitar este museo? ¿Qué producto de la tienda te llevarías? ¿Usarías uno de los accesorios? ¿Te gustaría tener un museo como este en tu ciudad?

Te dejo el link para que puedas visitar su sitio Museo de la vagina

Yarely Bracamontes Cetina