Yo crecí con la idea de que tus pezones no podían ser expuestos a partir de cierta edad. Esta idea y otras más se implantaron en mi mente de mujer mexicana del sureste a través de mi familia, de las mujeres que me rodeaban y las mujeres con las que convivía en mi día a día. Una de estas ideas era que debía ocultar mis pezones porque no era bien visto exponerlos en público ni ante la mirada de un hombre porque esto era signo de provocación.
Recuerdo que yo era muy feliz de pequeña usando sólo un camisón de algodón debajo de mis blusas o vestidos. Pero toda esa alegría y libertad se esfumó cuando mi madre y mis tías se dieron cuenta que mis pezones ya debían ser ocultados ante la mirada ajena y fue ahí cuando comenzó mi sufrimiento. Al ser una mujer delgada y de pechos pequeños estaba normalizado tener brasiers que te lastimaran porque no tienes lo suficiente como para llenarlos y nunca se te enseña cual es la medida perfecta para ti. Entonces entras a este mercado de consumo de brasiers usando lo que te guste más pero que te lastima rotundamente, dejándote marcas y el dolor de la varilla porque estas forzando a tu cuerpa a usar algo que sólo está generando presión en tu tórax. Recuerdo que en la secundaria era un alivio llegar a casa y quitarme el sujetador, sentía que recuperaba mi libertad y la verdad es que nunca cuestioné porque tenía que usarlos si me lastimaban tanto. Esa agonía de usar brasieres con varilla me duró mucho tiempo porque empecé a usarlos desde niña y no fue hasta mis casi 25 que descubrí otros modelos que pudieran cubrir mis pezones pero que no tuvieran esta horrible varilla y ahora amo, los braletts.
Aunque mi aventura y coraje para andar sin brasier fue hasta casi los 28 años cuando llegó la pandemia porque estaba decidida a estar en casa sin esa prenda que tanto me había lastimado, así que mientras estuve en home office andaba en casa sin él y a veces salía al súper y a comprar a la tienda usando una blusa que no tuviera transparencias o vestidos con diseños que evitaran mostrar mis pezones pero siempre sin brasear. Así fue como empecé a animarme a salir a la calle en total libertad. Y a veces me llegaba la duda de si usarlo o no ya que a mi cabeza llegaban los mensajes que por mucho tiempo me acompañaron. No obstante, pensaba en todos esos hombres barrigones y con pechos exorbitantes y me decía a mi misma que si ellos podían salir sin vergüenza porque yo no lo iba a hacer.
Ahora a mis 31 fui a visitar una playa muy famosa del caribe mexicano, estuve unos días en Tulum y mi sorpresa fue ver a varias turistas en una playa que no era nudista, andando en topless y ese día mis inseguridades me ganaron, pero pensé yo quiero hacerlo también, además aquí nadie me conoce y dije estando lejos de mi ciudad nadie me va a juzgar, de hecho a estas mujeres se les veía seguras y sin preocupaciones. Por lo que dije al día siguiente voy a venir preparada con los pechos bien empanizados de bloqueador y me voy a remover mi top del traje de baño, eso sí antes pedí algunos consejos a mi hermana que lo había hecho antes.
Así que con todo el coraje y el nerviosismo interior ese día me senté en una área no muy concurrida y comencé mi proceso de deconstrucción de todo lo que me habían dicho pequeña sobre no mostrar mis pezones y la culpa que eso me hacía sentir. Primero me desamarré el traje y me acosté boca abajo y enseguida sentí las miradas de los pocos hombres que estaban cerca de mi, recuerdo haber visto a dos hombres nacionales que me veían fijamente y eso me hizo dudar porque además de estos hombres nacionales también sentí la mirada de otros hombres extranjeros, pero dije ellos no me conocen así que respire profundo y conté hasta 10 y luego me puse boca arriba y deje mis pechos al descubierto, me sentí libre y fuerte, aunque sólo me duró unos minutos porque el sol estaba muy fuerte ese día. Fueron los minutos más liberadores de mi vida. Definitivamente lo volvería a hacer porque fue como un shot de adrenalina y alegría pura. Ahora mi nuevo reto personal es visitar una playa nudista.
Cuéntame ¿Te animarías a salir a la calle sin brasier? ¿Alguna vez te animarías a estar en topless en alguna playa?
Natalie Bracamontes Cetina
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