Si no prestas atención a los tesoros que posees, estos te serán arrebatados. -- Clarissa Pinkola

Y ustedes dirán … ¿Pero Nat como así que “mi cuerpa”? Y bueno déjenme decirles que yo voy igual que todas y todos ustedes aprendiendo y una parte importante está en apropiarse del lenguaje al hablarles de cuerpas y úteras (aunque este último será tema de otro artículo). Al momento de emplear estas palabras activamente, de manera sana y consciente, estamos en el proceso de deconstruirnos.

Yo crecí con muchas inseguridades y parte de ello se debió, como para la mayoría de todas y todos, a nuestra sociedad que a través de los años nos ha marcado un estereotipo de lo que debería ser mi cuerpa, lo que está bien visto y como debería ser. Pienso que así como se nos enseña matemáticas y español, también deberíamos tener una clase sobre mi cuerpa, que hablara más allá de mis aparatos reproductivos y órganos. Ahondar en las diferencias y hacerle ver a la comunidad que así tal cual son poseen un tesoro muy grande y que deben de quererse y procurarse.

No les voy a negar que en algún momento de mi vida quise tener el busto más grande o la nariz más perfilada como en las revistas que veía en mi adolescencia. Recuerdo que en tercero de secundaria, me pasaba que observando a mis compañeras, y yo sí me preguntaba ¿Y mis pechos cuándo serán como los de fulanita o sotanita? Y la mayor parte del tiempo me decía a mí misma tal vez en un par de años más, cosa que no pasó. ¡Pero déjense! Fue en la prepa cuando me comenzaron los dolores en el pecho cuando me venía la menstruación que decía ¡No gracias! Ya no quiero pechos grandes si con estos bebes que me tocaron sufro (cuando se sacude el transporte público porque #mexicoynuestroscamionesguajoloteros) no quiero ni pensar qué sería de mí con unas mamas más grandes. Pero eso terminó hasta que decidí aceptar y amar mi cuerpo tal cual es ( y déjenme decirles que es un trabajo que nunca termina porque cada día me apapacho y me recuerdo a mí misma el tesoro que poseo) a mis casi 30 años.

Porque desde que contemos con inseguridades sobre nuestra cuerpa siempre habrá una campaña o alguna revista que en esta etapa tan vulnerable como lo es la adolescencia y en general en la vida de cada individuo, que nos harán tratar de alcanzar estos cánones de belleza, arrebatándonos de tajo ese tesoro tan maravilloso que es ser únicos e inigualables. Eso sí con y a pesar de que yo llegué al punto de ya no considerar necesaria una cirugía plástica no quiero que satanicemos a todas aquellas mujeres y hombres que deseen hacerlo conscientemente fuera de lo que la sociedad nos impone que debería ser, porque también podemos tener la decisión consciente de hacerlo y eso también está bien.

Cuéntanos sobre todas esas dudas y situaciones en las que la sociedad te hizo dudar sobre tu cuerpa ¿Qué te hubiera gustado saber?, ¿Qué prejuicios marcaron tu adolescencia?, ¿Te sentiste identificada con alguna de mis situaciones?

Natalie Bracamontes Cetina